Adentrándonos en el mundo BIM más allá de la metodología, el software se presenta como un soporte crucial para la recopilación y distribución de información clave entre todos los participantes del proyecto. Sin embargo, es fundamental comprender que BIM se desarrolla a través de cuatro niveles de interacción, cada uno reflejando una mayor integración y colaboración entre disciplinas. A continuación, desglosaremos estos niveles desde el básico hasta el ideal, destacando la evolución necesaria para una implementación efectiva de BIM.


El camino hacia la implementación completa de la metodología BIM a través del uso de herramientas tecnológicas se puede comprender mejor al examinar los cuatro niveles de interacción BIM:

  1. Nivel 0: Aunque se puede haber adoptado la metodología BIM, la herramienta tecnológica principal sigue siendo el CAD, utilizado exclusivamente para el dibujo. En este nivel, no hay colaboración real entre las disciplinas, y la comunicación se realiza a través de planos impresos. Este enfoque aún es común en algunas empresas, especialmente en contextos donde la transición a BIM no se ve como prioritaria.
  2. Nivel 1: Se caracteriza por la combinación de trabajo en 2D y 3D usando CAD o BIM, pero sin integración real de archivos entre disciplinas. Existe un principio de colaboración, pero la percepción de BIM como algo distante o de poco beneficio aún prevalece. Este nivel marca el inicio del reconocimiento de las ventajas de BIM, aunque de manera limitada.
  3. Nivel 2: Todos los participantes del proyecto trabajan en 3D utilizando software BIM, y aunque los modelos se comparten entre especialistas, no se accede a un modelo único centralizado. Este nivel introduce beneficios significativos de colaboración y estandarización, superando la barrera del miedo a compartir archivos por temor a la competencia desleal. Este sería el mínimo recomendable para trabajar eficientemente bajo la metodología BIM.
  4. Nivel 3: Representa el ideal en la implementación de BIM, donde todos los involucrados acceden y trabajan sobre un único modelo centralizado. Este nivel requiere de una infraestructura tecnológica avanzada, generalmente basada en soluciones en la nube, asegurando la disponibilidad y acceso continuo a los datos del proyecto. Es el objetivo de muchas empresas, pero alcanzarlo implica superar los niveles previos y enfrentar retos tecnológicos y culturales significativos.

Es crucial reconocer que migrar al mundo BIM con expectativas de alcanzar directamente el Nivel 3, sin pasar por los niveles anteriores, es poco realista y puede llevar a la frustración. La transición de CAD a BIM es un proceso que, incluso en países donde la metodología BIM está bien establecida, puede tardar años en completarse. Sin embargo, con la orientación adecuada, este período de transición puede reducirse significativamente.

La colaboración, basada en un código de ética profesional similar al promovido por organizaciones como el PMI o Prince2, es fundamental en este proceso. La elección de colaboradores que comprendan y valoren el trabajo colaborativo bajo los principios BIM es esencial para el éxito del proyecto. En este sentido, es aconsejable seleccionar proveedores y contratistas que compartan estos valores y estén dispuestos a participar activamente en un entorno de trabajo colaborativo bajo la metodología BIM.